Yo no estaba presente aquél día en que mis compañeros (pasándose un poco de lo que siempre hacíamos) lo arrinconaron en una esquina de las duchas y le orinaron encima. Pero sí estuve el día siguiente, cuando una de las autoridades de la escuela nos reunió a todos en el salón de actos y nos comunicó que a las 2:30 de la mañana nuestro compañero se había suicidado ahorcándose… ¿Sabes qué, Lucas? Esto fue mi culpa…” Cuando le pregunté por qué había sido su culpa si él no había estado el día anterior, me dijo: “Es que yo soy cristiano. Yo lo debería haber protegido de las burlas. Sí, le debería haber enseñado el camino correcto, pero por sobre todas las cosas le debería haber mostrado el amor de Dios. Eso es loque Jesús hubiera hecho…” Y mi amigo tenía razón, Jesús lo hubiera amado sin condiciones, al mismo tiempo que lo corregía con amor. Y creo que nosotros debemos hacer lo mismo, ¿verdad?
Autor: Lucas Leys
Asi es... por naturaleza estamos acostumbrados a juzgar y despreciar. Debemos aprender a amar, no somos nadie para condenar la vida y el actuar del otro... Nosotros estabamos perdidos en pecado, pero Cristo, el único que podía juzgarnos, nos amó, nos limpió, nos restauró y nos dio una vida nueva... Debemos ser como el maestro y recordar de donde Él nos sacó..
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